Lucho hasta la muerte, lucho muerto en vida, lucho porque hay muchas bocas y poca comida. Somos de lo que no hay ya en el universo, somos una poesía con pasíón pero sin versos. Lucho por la inteligencia y también por la ignorancia cada vez más convencido que es muy corta su distancia. No sé qué haces siempre metida en mi sangre, ya he probado el fondo y no me gusta como sabe. Y aunque en nuestro tablero yo sea tu rey sabes que yo tengo el corazón de peón. Me gusta mucho más romper la ley que dictarla mi amor. Otra vez, el reloj se ha parado otra vez y yo empiezo a sentirme pequeño como siempre colgando de un sueño. Y a veces una jaula nos da la libertad, probablemente de la jaula que hablo sea un bar. Somos soldados en primera línea somos sólo soledad. El sueño de quererte dejar de ser inerte, de ser tu Robinson y de que tu seas mi viernes. Me cogiste cuando apenas era un niño entregándome dos alas pa volar, yo firmé sin leer la letra pequeña do...