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Mostrando entradas de junio 24, 2012

Fragmentos Nacidos de la Bruma 3: El Héroe de las Eras (Brandon Sanderson)

El antiguo Elend era un hombre a quien muchos ignoraban fácilmente: un genio que tenía ideas maravillosas, pero poca habilidad para el liderazgo. Con todo, ella echaba en falta algo de todo aquello. El sencillo idealismo. Elend seguía siendo un optimista, y seguía siendo un estudioso, pero ambos atributos parecían atemperados por lo que había tenido que soportar. ========== —¡Oh, venga ya! Tienes que admitir que no eres corriente, Vin. Eres una extraña mezcla de noble, pícara callejera y gata. Además, en nuestros tres breves años juntos, has conseguido matar no sólo a mi dios, sino a mi padre, mi hermano y mi prometida. Es como una especie de saña homicida. Una extraña base para nuestra relación, ¿no? ========== —¿Puedes reunir a diez hombres? —preguntó—. ¿Amigos tuyos, dispuestos a formar parte de un trabajo nocturno? —¡Claro! Creo que sí. ¿Tiene que ver con salvar a Mailey? —¡No! —respondió Fantasma—. Tiene que ver con tu pago por salvar a Mailey. ========== Suspiró, sacudiendo la c

Fragmentos Nacidos de la Bruma 2: El Pozo de la Ascensión (Brandon Sanderson)

Esto era más personal. Sazed apartó la mirada, pensando en Vin y en su juramento a Kelsier de que la protegería. Necesita poca protección ahora, pensó. Se ha vuelto más diestra en la alomancia que el propio Kelsier. Y sin embargo, Sazed sabía que había modos de protección que no tenían nada que ver con combatir. Estas cosas (apoyo, consuelo, amabilidad) eran vitales para todo el mundo, y especialmente para Vin. ========== —Arrogancia, Majestad —dijo Tindwyl—. Los líderes de éxito comparten una tendencia común: creen que pueden hacer mejor el trabajo que nadie. La humildad está bien cuando consideras tu responsabilidad y tu deber, pero cuando llega el momento de tomar una decisión, no debes cuestionarte a ti mismo. ========== —No seas tan dura con la chica. Es producto de su educación, igual que tú. Si la juzgas por sus frivolidades, entonces estás haciendo lo mismo que aquellos que te juzgan basándose en la sencillez de tu ropa. ========== —Kelsier. Nos dio una ciudad, nos hizo creer

Fragmentos de Nacidos de la Bruma 1: El Imperio Final (Brandon Sanderson)

—Sí —dijo Kelsier—, probablemente lo mejor sea que evites a Venture por completo. Intenta ofenderlo o algo. Dirígele un par de esas miradas tuyas. Vin miró a Kelsier. —¡Ésa, esa misma mirada! —dijo Kelsier con una carcajada. ========== —¿Te he mentido alguna vez? —Los mejores mentirosos son aquellos que dicen la verdad la mayor parte de las veces. ========== —Sí, conservo esa flor —dijo Kelsier—. En realidad no estoy seguro de por qué. Pero... ¿dejas de amar a alguien porque te traiciona? No lo creo. Eso es lo que hace que la traición duela tanto: el dolor, la frustración, la furia... y yo seguía amándola. Y la amo todavía. ========== Hombres más jóvenes que él han conducido soldados a la batalla, pensó Kelsier. Que yo fuera un cretino cuando tenía su edad no significa que todo el mundo lo sea. Mira a la pobre Vin: apenas dieciséis años y ya rivaliza con Marsh en seriedad. ========== Tal vez debería prestar un poco más de atención a este tipo de cosas, pensó Elend. Valette soporta mi

Fragmentos de "El Juego del Ángel" - Carlos Ruiz Zafón

Cuanto había aprendido en la guerra era a matar a otros hombres como él antes de que ellos le matasen, siempre en nombre de causas grandiosas y huecas que se revelaban más absurdas y viles cuanto más cerca del combate se estaba. ========== -¿He hecho algo para ofenderla? -pregunté. -No. -¿Podemos entonces intentar fingir que somos amigos, al menos para ocasiones como ésta? -Yo no quiero ser amiga suya, David. -¿Por qué no? -Porque usted tampoco quiere ser mi amigo. Tenía razón, no quería ser su amigo. ========== -No me puedo morir todavía, doctor. Aún no. Tengo cosas que hacer. Después tendré toda la vida para morirme. ========== -Tenga. Esto lo cura todo, menos la tontería, que es una pandemia en alza. ========== -Un intelectual es habitualmente alguien que no se distingue precisamente por su intelecto -dictaminó Corelli-. Se atribuye a sí mismo ese calificativo para cornpensar la impotencia natural que intuye en sus capacidades. Es aquello tan viejo y tan cierto