— Dice que Alemania ha invadido Bélgica a las ocho en punto de esta mañana. Fitz dejó el tenedor. — Entonces, ya está. — Por una vez, incluso parecía conmocionado. — ¡Pobre Bélgica, con lo pequeñita que es! Me parece que esos alemanes son unos matones de mucho cuidado — dijo tía Herm. Entonces pareció desconcertada y añadió —: Salvo herr Von Ulrich, desde luego. Él es encantador. ========== Sus miradas se encontraron y, al ver su expresión, Maud supo que hasta ese momento no estuvo seguro de que ella acudiera a la cita. Aquella idea hizo que se le saltara una lágrima. Sin embargo, el rostro de Walter enseguida se iluminó con deleite. Qué extraño y maravilloso era, pensó Maud, ser capaz de provocarle tanta felicidad a otra persona. ========== En ese momento, parecía que la guerra pudiera prolongarse durante un año o más tiempo. Los ejércitos enemigos permanecían sentados en sus trincheras un día tras otro, alimentándose con comida en descomposición, contrayendo disentería y pie de trinc
Los fragmentos que encontramos en libros, las letras de nuestras canciones favoritas, los pensamientos de los grandes filósofos o simplemente el consejo de un buen amigo muchas veces parecen llegarnos en el momento exacto en que los necesitamos.